viernes, 4 de agosto de 2017

VESTIDOS EN TONOS MALVA

Cuando yo era pequeña, tenía asumido que el color morado era feo. No por nada, sino porque mi madre consideraba que era así, tal vez porque ese color se utilizaba como "alivio de luto" y ella lo asociaba con sentimientos fúnebres. El caso es que jamás se vistió con ningún tono de la gama de los morados, lilas o malvas. A mí tampoco me hizo nunca ropa de ese color. Ella era modista, me hacía toda la ropa y en esas cuestiones su palabra era ley. Otro color que odiaba con inquina era el amarillo en todas sus variantes. Mi madre, no yo. 

Con los años aprendí que no hay colores feos o bonitos, que en cuestiones de ropa lo verdaderamente importante es combinarlos bien, y que el tono más soso o más estridente convenientemente destacado o atenuado con otros colores puede dar una impresión totalmente diferente.

También empecé a apreciar los tonos que mi madre había desterrado de nuestro guardarropa, y además en el caso del violeta, ha llegado a convertirse en uno de mis colores favoritos. Tanto es así, que las paredes de mi salón son de un suave y relajante color malva.

Martina y Mónica, que se llevan estupendamente y a las que les encanta posar juntas, estrenan hoy dos vestidos de algodón muy parecidos aunque no idénticos, en color violeta y lila, que les sienta de maravilla.